Últimamente hemos visto esta propaganda. Como médicos -sin religión-.
Pero... ¿es posible hacer el bien SIN la religión?.
En realidad, si hacemos el bien -sin la religión-, estamos empleando nuestras propias fuerzas. Es decir... ¡nuestra flacura!.
Sólo con la ayuda de Dios en verdad podemos hacer algo (bueno). De modo permanente y -a la larga- eficaz, al menos.
Otro error de esa propaganda es decir -sin discriminar-... ¿Saber qué es cada cosa, es discriminar? La respuesta: Sí.
Es que el término discriminar existe desde mucho antes de la connotación negativa que se le da hoy. Y es todo menos negativo.
Sin discriminar, sin discernimiento... no sabemos dar el justo valor a cada cosa. Discriminando, precisamente, es cómo elegimos bien.
¿Y discriminar... religión, raza?. Incluso aquí el término discriminar es más bien positivo. Por ejemplo: si alguien es musulmán es bueno saberlo... en especial en estos días de terrorismo.
Con nuestras fuerzas
poco podemos hacer
para realmente saber
cómo cambiar algo...


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